Y las lagrimas resurgieron en un
amanecer, empapado del amargor de una vida de sucesos inesperados, succione
parte del veneno que fluye entre los abismos de la noche, sombras con sonrisas
de los avernos, te seducen y te conducen a tu propia destrucción, inyectándote sobredosis
de euforia, olvidando lentamente la fragilidad que nos hace únicos, versos
condenados a vagar en estados de tristeza, inducidos o premeditados…
14 de Octubre 23:35 h
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